La información abre las puertas de la prosperidad.
Mucho se habla de la información, de su importancia, de la relevancia que tiene en el buen desarrollo de nuestra sociedad, y creo que así lo entendemos la mayoría de las personas y los principales actores informativos, como lo son la televisión, prensa y radio por mencionar algunos. A menudo la frase «el estar bien informados» entre otras parecidas es empleada como estimulo, apelación o invitación a consumir los contenidos de los principales medios informativos, pero… ¿como medir o calificar la información? ¿cual es la guía, referencia, comparación o parámetro para discernir sobre si la información recibida es buena o mala?
Útil… quizá la palabra útil esta mejor empleada a la hora de calificar la información pero entraría otra cuestión ¿útil para quien? ¿para el emisor o para el receptor? ¿para ambos? sin duda la información es en muchos casos hasta un producto en sí, que se vende como tal y que hasta es adaptada y transformada dependiendo ciertos fines e intereses y que en una sociedad determinada tiende a ser un intento por cambiar la forma en que percibimos el contexto de la realidad, una forma de persuasión.
La palabra información y sus efectos son pieza medular en la forma en que nos organizamos como sociedad, la forma en que nos reconocemos como individuos dentro de una estructura social y de la que depende en cierta medida el éxito cultural.
Es natural que actualmente y con las alternativas de información existentes, de pronto nos sintamos en medio de un campo de batalla, la información no cesa, y sus principales actores luchan día a día por ser la información consumida.